Naomi Snell, una mujer de 28 años de edad, en Melbourne, Australia, encabeza una demanda civil colectiva contra la compañía farmacéutica Merck después de sufrir complicaciones autoinmunes y neurológicas posteriores a la aplicación de las inyecciones de la vacuna Gardasil contra el VPH.
Después de recibir la primera de las tres dosis de la vacuna, Naomi sufrió convulsiones, dolor severo en la espalda y el cuello, y perdió su capacidad de caminar.